Sobre el Estado de México se pueden decir muchas cosas; la primera, que es la entidad más poblada del país; esta característica se ha dado gracias a una serie de fenómenos migratorios altamente complejos, principalmente, porque se generaron por condiciones externas a nuestra propia entidad entre la década de 1940 y 1990 causando con esto que la densidad de algunas de las ciudades de nuestra entidad sean tan elevadas como las de las ciudades en Asia, conglomerando las identidades ideológicas de las más diversas latitudes de nuestro país en escenarios delimitados y con territorios específicos en los que confluyen un universo de ideas, actitudes y perfiles psicosociales en un espacio geográfico y en un mismo tiempo histórico, con lo cual, la tarea del gobierno que es mantener la paz, elevar las condiciones de vida, procurar un desarrollo simétrico en lo que toca a una economía sostenible, educación, salud pública, movilidad y abasto de servicios públicos de calidad, se convierte en una tarea que requiere, además de voluntad, un gobierno dinámico, estructurado y una agenda política qué permita la flexibilidad, elasticidad y estabilidad, evitando ante todo que estos universos tan distintos entre sí choquen, generen desorden que desencadene en conflictos, caos que se vuelva una tensión insoportable para el sistema y entropía que potencialmente destruya los ciclos y cadenas productivas, lo anterior, ha constituido un reto dentro de la gobernabilidad y las políticas públicas que el Gobierno del Estado de México ha afrontado con responsabilidad, madurez, entereza y capacidad, lo que lo ha convertido en una de las instituciones más sólidas, especializadas y diversificadas del país y ha permitido un crecimiento constante en nuestra entidad.
Las acciones del Gobierno del Estado de México encaminadas al desarrollo simétrico de las comunidades en general, se han venido aplicando desde hace varias décadas atrás con transparencia y eficiencia, al mismo tiempo, los liderazgos comunitarios que identifican escenarios de tensión y conflicto sociales que se desarrollan cotidianamente en cada una de las comunidades de los ciento veinticinco municipios constituyen un enorme aparato de gestión qué coadyuvan a que el desafío que representa administrar un universo ideológico tan diverso y complejo sea viable, esto mantiene en equilibrio el funcionamiento del sistema productivo y de la superestructura social, lo que a su vez, requiere de parte de la industria privada estatal respuestas a corto plazo para la generación de empleos de calidad, con ellos, se pretende mejorar la calidad de vida de los mexiquenses, incorporarlos a la economía formal, permitirles su desarrollo personal, a través, de los derechos que han ganado y que se encuentran salvaguardados por el marco jurídico vigente; al mismo tiempo, los ciudadanos, incluidos entre ellos los empresarios e inversionistas que configuran el corazón de la iniciativa privada, esperan de las entidades municipales y de la estatal claridad, eficiencia e inteligencia en la inversión en infraestructura y servicios que ofrezcan soluciones a la medida de cada una de las problemáticas que existen en nuestra entidad.