«Las Américas de los siglos XVI-XVIII constituían territorios periféricos dentro del ámbito general de la Monarquía hispánica. Las iniciativas académicas que se plantearon en ellos tomaron como referencia las soluciones peninsulares de la metrópoli: el modelo de Convento-Universidad vinculado a órdenes religiosas concretas, y el modelo corporativo Claustral (más complejo, significativo en Salamanca y aplicado en los centros administrativos virreinales de Lima y México a las universidades de patronato regio allí fundadas). Sin embargo, el modelo de Colegio-Universidad no parece que contó con patronos privados de suficiente garantía y estabilidad económica.
Pues bien, las universidades hispanoamericanas fueron evolucionando al calor de fuertes intereses locales, vinculadas a las clerecías y a los oficios medios de la administración colonial. Salamanca, Universidad prototípica del modelo Claustral corporativo en el ámbito cultural hispano, estuvo más presente en Lima y México que en las restantes universidades conventuales de la América hispana; pero el patrón salmantino se readaptaría posteriormente y se iría acomodando a las circunstancias concretas de los territorios ultramarinos. […]
Rex Típton estudia la constitución de la Junta Central de Quito en 1809 y los sangrientos enfrentamientos de agosto de 1810, las facciones entre partidarios de la Monarquía y republicanos, el Congreso constitucional de 1812 y las confrontaciones de los insurgentes con tropas realistas. Para 1822 la Universidad acuerda prescindir de las armas reales en su escudo, y como Universidad Central se remodela a partir de 1832. Así pues, en la Independencia la Universidad contribuyó a la emancipación mental, y el ejército y el apoyo extranjero a la política, pasando el control y gobierno a los criollos americanos.»
Luis Enrique Rodríguez-San Pedro Bezares