La
crisis actual ha tenido, al menos, una cosa buena: nos ha desvelado
aspectos importantes del orden político en que vivimos; ha puesto de
manifiesto su naturaleza no democrática; ha sacado al primer plano de la
actualidad no sólo a los que nos roban y nos han robado nuestro
presente y nuestro futuro, ya desde las grandes empresas privadas y los
bancos, ya desde las propias instituciones llamadas impropiamente
públicas; no solo ha desenmascarado a los ladrones sino a todo un
sistema basado en el robo, en la ocupación del Estado por organizaciones
basadas en el interés privado, y que ahora se intenta perpetuar por la
propaganda y la represión. De este modo, la no existencia de una
democracia no solo está en el origen de la crisis actual, sino que es un
obstáculo para su superación.
En
el caso de España, es además el producto de una estafa histórica, la
llamada Transición, asumida con vergonzosa complicidad por una parte
importante del pueblo español. Desde la Corona hasta el último
ayuntamiento, el Estado español debe volver a las manos de sus legítimos
dueños: los españoles. Hay que cambiar de raíz las reglas del juego.
Hay que empezar a jugar otro juego. Y hay que hacerlo ya. Estos ensayos
pretenden ser una contribución para la consecución de la democracia en
España.