Francisco González Crussí cree, con Paul Valéry, que tenemos no uno, sino varios cuerpos. Uno en el que vivimos y que percibimos de forma incompleta. Otro que los demás ven y que nos proporciona identidad social. Está también el biológico, constituido de órganos. Y por último el cuerpo que podemos entender como una entidad etérea, sumergida en una atmósfera hecha de historia, simbolismos, mitos, leyendas, cuentos, representaciones mentales, anhelos, temores y esperanzas. Así, nuestro cuerpo es fantástico por cómo nos alberga, por cómo permite el contacto con nuestros semejantes, por cómo funciona y por cómo, a lo largo de los siglos, desde la ciencia o desde la fanfarronería, desde la imaginación creativa o delirante, desde la literatura o desde el laboratorio, ha creado una realidad imaginaria que nos ayuda a entender el dolor, el deseo, la enfermedad.
Los ensayos reunidos en este volumen exploran con erudición y gracia, con asombro y entusiasmo, un enjambre de ideas, teorías y anécdotas que describen la relación, ayer y hoy, del ser humano con el útero, el estómago, el cabello y los pies, por no hablar de nuestra fluida relación con la saliva, la orina y el mar. González Crussí expone sobre la mesa de disección de su prosa las muchas maravillas de nuestro cuerpo fantástico.