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註釋Como bien señala Ortega, Kant supo recoger en su obra las virtudes y limitaciones de toda la época moderna, y por ello recorrer sus escritos equivale a desentrañar los resortes ideológicos que mueven a partir del Renacimiento casi la historia intelectual del pensamiento europeo. Rousseau logró que Kant dejara de mirar únicamente hacia las estrellas del firmamento y pasase a centrar sus inquietudes filosóficas en una reflexión moral que velara por los derechos del ser humano. Contra lo que suele creerse, Kant no desdeñó problemas tales como el de la felicidad, sino que más bien les consagró una buena parte de su obra, hasta el punto de tener que cumplimentar su célebre imperativo categórico con otro, llamado aquí "elpidológico", que decreta la esperanza de poder ir mejorando el mundo existente gracias a nuestro comportamiento moral. Su divisa ilustrada consistía en invitarnos a pensar por cuenta propia sobre cualquier materia o asunto, incluida la religión, sin acatar ciegamente las recetas dadas por los médicos, juriconsultos y sacerdotes. El gran desafío de la ética Kantiana, mediante la persecución de ciertas utopías, es emplazarnos a que nos inventemos nuestras propias normas morales para emanciparnos del azar.