Dado el momento demográfico que vivimos, la colección de volúmenes sobre literatura y mujer, de la UNED, no podía dejar pasar la oportunidad de reflexionar sobre ese gran componente identitario que es la edad. Esta, aunque fenómeno biológico, se interpreta socialmente y se articula en las estructuras de poder que gobiernan y definen las vidas tanto de hombres como de mujeres (y no solo en ese último tramo de la vida que tanto interés despierta últimamente). Como locus político donde se asienta lo que una mujer «debe» ser, es decir su «valor» social y cultural asociado a sus papeles de género, la edad presenta un fructífero campo de investigación para los estudios de la mujer. La exploración de textos y prácticas culturales nos permite diseccionar los discursos que ordenan nuestro concepto de edad, así como identificar sus mitos y su interacción con otros estereotipos.
Los distintos capítulos del presente volumen constituyen un novedoso y original estudio y una reflexión sobre la representación literaria de las mujeres y sus edades, en las que se comprueba cómo el factor etario dialoga con el género, la clase, la religión entre otros factores sociales para definir lo que significa ser mujer en diversos contextos culturales. También se analiza con detalle la asimetría de género que existe en las distintas edades de la mujer y en los acontecimientos que tienen lugar en cada una, cómo viven las mujeres cada etapa y cómo escriben o se inscriben en ellas. La literatura, como la historiografía o los medios de comunicación, ha participado en la propagación de los significados culturales vinculados a la edad y a la mujer. Por ello es posible afirmar que la literatura, como discurso cultural y social, sirve a las mujeres para construirse a sí mismas, para liberar de significados culturales sus cuerpos cambiantes y resignificarlos después.