Este libro es un recorrido antropológico esclarecedor por los cultos afroamericanos, originados en África y América central y del sur. Los primeros llegaron a este último continente por la práctica infame de la esclavitud.
Su autor valora su existir a la vez que subraya en las conclusiones que «los cultos afroamericanos no son cristianos porque son concepciones religiosas cósmicas que desarrollan una acción cultural a las fuerzas de la naturaleza; no pueden ser considerados cristianos, ya que la figura de Jesucristo no posee el carácter de Mesías, Hijo de Dios y Redentor; y con la reencarnación y la ley del karma, se niega la redención de nuestro Señor Jesucristo».