登入選單
返回Google圖書搜尋
La historia del sincrotr—ón Alba
註釋La Transición española no tuvo entre sus prioridades la investigación. La poca que había existido antes de la Guerra Civil, generada en torno a la Junta para Ampliación de Estudios, intentó sobrevivir al exilio y al abandono. Hasta el decenio de los años ochenta del pasado siglo, no se produjo una cierta y sostenida recuperación que se paralizó tras la crisis postolímpica. Después de algunos vaivenes, a pesar de algunos parámetros esperanzadores e intentos de recuperar los años perdidos, España aún está lejos de los países más avanzados de la Unión Europea en cuestiones de investigación, desarrollo e innovación. Las carencias son especialmente graves en el mundo de las grandes infraestructuras de ciencia y tecnología, aquellas que suponen inversiones del orden de la ficha de un jugador de fútbol de primera división o de unos pocos kilómetros de un tren de alta velocidad.
A comienzos de los años noventa, empezó a gestarse la idea de construir una fuente de luz de sincrotrón, una fuente de rayos X, un instrumento imprescindible para cualquier campo de la ciencia que quiera analizar y estudiar muestras a escalas de los nanómetros, la mil millonésima de metro, similar a la existente en todos los países adelantados, y que sería un estímulo en todas las tecnologías relacionadas con los aceleradores de partículas.
Aquí se da cuenta de la gestión de este proyecto, su inicio, sus dificultades, su puesta en funcionamiento y su situación actual: hoy en día se encuentra entre las cuatro o cinco mejores instalaciones de Europa. También se expone que Alba no es un fin sino que debería ser una pieza más de las muchas de las que aún carecemos.