Yo quera cantar. Saba tangos, canciones de la radio. Haba odo a Mecha y Fabiola, estrellas de grandes cabelleras con vidas trgicas. Fabiola asesinada por su amante que despus se suicid. Me lo mostr Reyna, una vecina que lea revistas. Estaba en Mundo Pop, con fotos, Reyna juntaba nmeros viejos. A Mecha le haban puesto una bomba, se quem con el teatro. Abrasada por las llamas, dijo Reyna. Me imagin como ella, envuelta en brazos de fuego. El aviso para el concierto deca: Mecha de Noche. Surga brillando como una antorcha de un pozo de oscuridad, y no poda ser yo?

Tena diez aos, empezaba a pegar el estirn. Casi ni me daba cuenta, pero andaba descoyuntada, brazos y piernas. Haca muecas, torca el pescuezo, como con tortcolis, ajustando la nuca, los hombros. Adems retorcindome para respirar, por el asma, me sala un sonido, mi musiquita de fuelle, deca mam. Me mand al Gaita, una especie de consejero de chicas. Un gordote inmenso, tetn, decan que medio mujer, que reciba en un patio caliente, bajo un toldo, hundido en una hamaca, en camiseta y calzoncillo, con gran papada y mofletes, el culo que tocaba el piso. Le decan el Gaita por los resoplidos. Lo cuidaban dos hermanas fortachonas, no poda ni darse vuelta solo, lo baaban con esponjas, le daban de comer con babero, lo abollaban como almohadn para acomodarlo. Sumido en su ser, silbaba como goma pinchada, estremecido por cualquier desplazamiento, con temblores de barriga, escupiendo en una palangana. Las chicas del barrio lo iban a ver. Varado all, fofo y despachurrado, a ciertas horas en que atenda, daba consejos ntimos, de amor y de vida. La voz cavernosa, como un viento de las profundidades. En confianza, preguntaba: Vos quin sos? y chiflando destapaba algn secreto, las haca morirse de risa o de vergenza. Yo me acerqu con mis muecas. Derretida al sol y aterrada, no poda hablar. Encerrada en tu cuerpo, me dijo. Vos sos la mudita? Sudoroso del esfuerzo, me escuch el asma. Pegndome el odo al pecho, chifl y dijo: La voz interior, y ampuloso y tremendo: Te sale de los huesos, hac caso! Despus unas chiquilinas por la calle me cantaban: muda boluda, y una seora clienta de mam cada vez que me vea se pona a llorar, deca: Por algo ser!