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Corteza
Ricardo Sandoval Ponce
Sebastián Chávez Cuesta
Keinsky Pacheco Romero
Roberto Salazar Méndez
其他書名
Un espacio con historia, producto, innovación y técnica
出版
Universidad de las Américas Ecuador
, 2023-05-23
主題
Social Science / Sociology / General
ISBN
9942779620
9789942779625
URL
http://books.google.com.hk/books?id=BcnAEAAAQBAJ&hl=&source=gbs_api
EBook
SAMPLE
註釋
No hay duda: los ecuatorianos tenemos un gusto particular por el dulce, la pastelería y la panadería. En nuestra tradición popular y en la memoria familiar, el «pancito» caliente acompaña nuestros desayunos y meriendas ya sea con una taza de café o con chocolate caliente. También, a muchos les parecerá conocida la «pasta» dulce que las panaderías ofrecen a los golosos del barrio. En varias ciudades y provincias se hornea un pan que se ha convertido en su símbolo cultural e, incluso, turístico; muchos hemos viajado algunas horas para comprar un pan de Ambato, un bizcocho de Cayambe, una chola de Guano, un roscón lojano o, cómo olvidar mencionarlo, el pan festivo de consumo nacional: nuestra guagua de pan para la temporada de Finados. Estas preparaciones, como parte de nuestra cultura gastronómica, se evidencian también en la literatura y las investigaciones; por ejemplo, en la lista de platos de la cocina interregional de Ecuador, citada por Julio Pazos. Entre caldos y sopas, platos fuertes, bebidas, etc., Pazos (2017, pp. 41-42) menciona a las galletas, dulces y panes como clasificaciones individuales de la lista de platos ecuatorianos. Para Pazos, muchos de estos platos «...se ofrecen libremente, a cualquier hora del día y fuera de casas y restaurantes» (Pazos, 2017, p. 39). Tampoco podemos olvidar los postres y tortas, los pasteles de media tarde o los tan queridos «queiques», que nunca faltan en los cumpleaños o reuniones. Tal es el cariño, que tanto panes como tortas, además de ser parte de nuestra cultura gastronómica, también viven en nuestro léxico ecuatoriano. Es así que la palabra queique consta en el Diccionario del español ecuatoriano de Fernando Miño–Garcés. Es parte de nuestro lenguaje cotidiano y realidad lingüística.