Una característica definitoria de nuestra sociedad se refiere precisamente a la diversidad en el más amplio sentido de su definición. Lamentablemente, en demasiados casos, ese carácter diverso deviene en un factor de vulnerabilidad. Cuando hablamos de inclusión socioeducativa, nos estamos refiriendo a un proceso, por tanto, no solo de un futuro deseable o como también se le ha llamado «utopía». Inclusión implica hablar de vivencias, de algo observable, que está sucediendo y que está en permanente evolución.
Dentro de esos grupos que justifican el carácter diverso de la sociedad, nos encontramos con las personas con discapacidad. La respuesta educativa al alumnado con necesidad especifica de apoyo educativo asociada a discapacidad viene generando un amplio debate social, alimentado por las distintas visiones que sobre la propia forma de respuesta asumen los participantes del debate, ideas que no siempre coinciden con la de los auténticos protagonistas de la situación: personas con discapacidad, familias y profesorado experto en el tema.
Este libro, fruto de una investigación, recoge datos que ofrecen información sobre el estado actual de esa respuesta, así como una discusión profunda sobre los mismos. Esta se realiza desde una visión inclusiva de la escuela, identificando las prácticas positivas que se vienen realizando, describiendo las barreras que dificultan el desarrollo de la inclusión para, finalmente, aportar caminos sobre los que continuar avanzando.