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註釋El Museo nos acerca a sus colecciones a través de un un viaje que comienza con los relatos mitológicos y religiosos sobre los orígenes de la actividad artística en los albores de la Edad Moderna y finaliza en 1819, año de la creación del Museo del Prado, para celebrar así, también, el 197 aniversario de esta institución. La muestra pretende hacer reflexionar sobre dos fenómenos. Por un lado, el hecho de que durante los siglos XVI, XVII y XVIII no existía una concepción de la historia en términos nacionales sino un concepto amplio y sin fronteras de la idea del arte, mostrado a través de las obras de pintores españoles, italianos y flamencos en las que se rinde tributo a Tiziano. Por otro, a través de la presencia de Jovellanos y de los primeros escritos españoles modernos sobre historia del arte, podremos entender cómo a finales del siglo XVIII nace una concepción moderna de la historia del arte ligada a la historia nacional. El recorrido se contextualiza en dos de los pilares más ligados al Prado y que constituyen su columna vertebral: las Colecciones Reales y el arte español. Un itinerario que incluye pinturas, dibujos, estampas, libros, medallas, piezas de artes decorativas y esculturas, y que está dividido en quince etapas que hablan de la relación entre el arte, el artista y la sociedad. Cada una de ellas aborda un asunto específico: los poderes atribuidos a la imagen religiosa, el papel del cuadro dentro del cuadro, el intento de los artistas por romper el espacio pictórico y prorrogarlo hacia el del espectador, los orígenes y el funcionamiento de la idea de tradición artística, los retratos y autorretratos de artistas, los lugares de la creación o del coleccionismo artístico, el origen del concepto moderno de la historia del arte, la subjetividad que irrumpe en los autorretratos desde la Ilustración o la importancia que en el debate artístico moderno tuvieron los conceptos de amor, muerte y fama. Además, se rinde homenaje a Cervantes en el IV centenario de su fallecimiento poniendo en relación al Quijote con Las meninas. Así como la obra de Cervantes es una novela sobre la novela, la de Velázquez es una pintura sobre la pintura, en la que el autor no solo se representa pintando, sino que aborda cuestiones sobre las posibilidades del arte de la pintura y el papel del pintor.