El libro utiliza la imagen del kintsugi para proponer un plan de desarrollo personal o empresarial. A ese efecto combina la filosofía tradicional de occidente con elementos de la filosofía oriental y mucha experiencia de gestión empresarial.

La idea del Kintsugi (arte tradicional japonés) es reparar poniendo de manifiesto la rotura (se utiliza un pegamento de oro) de manera que la obra restaurada termina valiendo más que la obra original. El concepto subyacente es que la historia y sus roturas son parte de la belleza de la obra.

Sobre esa imagen el libro se divide en tres partes. La primera consiste en los pedazos que nos han roto: aprender de los fracasos, los errores, la crisis y el dolor. La segunda parte se aboca al hilo de oro (como imagen del pegamento) analizando el sistema de hábitos y virtudes que nos permiten desarrollarnos. La tercera parte se dedica a la obra restaurada y allí se distingue la persona y la empresa profesional y, por último, la persona y la empresa espiritual.

La particularidad del libro radica en la combinación de una tradición filosófica de gran sabiduría con un conocimiento profundo de la gestión empresarial. Al enfocarse en el modo de tomar decisiones es aplicable por igual a la vida empresarial o a la vida personal.