Brasil es un país conocido por su desbordante alegría, por sus colores, por su sensualidad. Pero también es un país lleno de contradicciones, de injusticias, de violencia. Hacer hincapié solo en sus aspectos positivos o negativos no le hace justicia a una realidad que es mucho más compleja. Este libro escoge el camino de la ficción: pero se trata de una ficción tan apegada a la realidad, que cualquier lector que conozca la sociedad brasileña reconocerá inmediatamente hechos, situaciones y personajes. Y en los casos en los cuales he trabajado más de fantasía, las situaciones siguen siendo tan verosímiles, que parecen sacadas del día a día. La ambición de esta serie de relatos es que, en su conjunto, puedan dar unas pinceladas fidedignas del universo brasileño, a través de historias que podrán parecer rutinarias al lector que conozca bien el país. Pero curiosas o hasta paradójicas al lector menos familiarizado con él. Algunos relatos están salpicados de humor y cargados de mensajes positivos; otros son más amargos, crudos, dramáticos. Quién conoce Brasil, sabe que así de diverso es el país. Esta serie de relatos nace de una estancia de cuatro años en Brasil, durante las cuales mi misión me obligó a ser observador atento de una realidad con la cual fui llamado a convivir. Y me pareció tan interesante como para contarla fuera de los esquemas habituales. Brasil es un país que se hace querer, y mucho. Pero, a pesar de los importantes avances que se han dado en estos últimos años, todavía quedan muchas cuentas pendientes. Los relatos enfrentan algunas de ellas, sin pretender ser más que los son: historias con visos de realidad. Los escritores no resuelven problemas: ya es mucho si pueden describir situaciones de una forma entretenida. Si al final de este recorrido a través de Brasil y sus gentes, he conseguido aumentar en algún lector su interés por este extraordinario país, que tan importante ha sido para mí y para los míos, habré cumplido de sobra con mi modesto objetivo. Para conseguirlo, me serviré de algunos personajes: algunos descaradamente simpáticos, y otros que lo son bastante menos. Todos ellos, sin embargo, brasileños hasta la médula. La historia y la realidad de Brasil me han inspirado muchas ideas: al final no las pude desarrollar todas, y algunas bien interesantes han quedado, de momento, en el tintero. Pero quizás haya más ocasiones en el futuro. En particular, el único relato inspirado en el pasado es el primero, él de Chico Rey. Los demás, desde los habitantes de la favela imaginaria de Novo Paraíso a los niños del programa bolsa escuela de Brasilia; desde los poderosos con todos los derechos a los desgraciados sin ningún derecho; del constructor premiado de edificios que se derrumban al secuestrador que busca salvación en la casa de su propia víctima, son personajes bien de hoy. Brasilia, donde yo viví, Rio, Sao Paulo y el nordeste son los escenarios principales de estos relatos. También quedan para otra ocasión las extraordinarias historias de la selva amazónica, que merecen un capítulo aparte: este también ha quedado para otro día.