Se analiza la figura de Miguel Jerónimo Artigas Ferrando (Blesa, 1887 - Madrid, 1947), que fue el primer director de la Biblioteca de Menéndez Pelayo (BMP) entre 1915 y 1930, enmarcada en los hitos culturales del momento en que participó. Luego dirigió la Biblioteca Nacional hasta su fallecimiento. Gracias a su formación como filólogo y bibliotecario, sus estancias en Alemania becado por la JAE, su vínculo con el Centro de Estudios Históricos, así como su puesto de responsabilidad en ambas entidades, dio a conocer la inmensa obra de Menéndez Pelayo conservando y difundiendo su legado. Para ello, uno de sus logros fue la edición de las Obras Completas del sabio. Otro de sus logros fue crear, en torno a la BMP, una escuela de hispanismo, artífice del lanzamiento de Santander como ciudad universitaria, por medio de los Cursos de Verano, inicialmente para extranjeros, y pronto con la creación de un Colegio Mayor universitario, germen de la futura Universidad Internacional.
En la labor de Artigas destacan dos vertientes: un Artigas bibliotecario y estudioso de Menéndez Pelayo, cuyo fruto serán múltiples conferencias y publicaciones, destacando sus libros, “Menéndez y Pelayo” (1927) y “La vida y la obra de Menéndez Pelayo” (1939); y un Artigas filólogo, que publica sobre la obra de Góngora, contribuyendo al redescubrimiento del poeta cordobés, lo que le proporcionó un premio de la RAE por “Don Luis de Góngora y Argote. Biografía y estudio crítico” (1925) y en 1927 el Premio Nacional de Literatura.
En 1930 pasó a dirigir la Biblioteca Nacional y en 1933 es elegido para ocupar un sillón de la Academia de la Lengua.