El martillo de la vida golpeó duramente a Rafael, y a pesar de ello nunca se resquebrajó su espíritu. tan alto y tan noble que solo la sombra de un libro, el murmullo de una palabra o una conversación de mostrador fueron suficientes para hacer de él uno de los hombres más cultos que ha conocido Guadalcanal. 

Persona sencilla, de gran corazón y trato entrañable cuyo único mundo lo formaban su familia, sus amigos y su querida Guadalcanal a la que rendía culto a través de sus símbolos. 

rafael no ha querido despedirse de nosotros sin dejarnos otro de sus regalos en forma de libro. Libro que se sumerge an la historia y cultura de Guadalcanal, muy desconocida para la mayoría, e inesperada y sorpresiva para casi todos. Es la memoria viva de Rafael Rodríguez Márquez que ha sido entregada como homenaje póstumo a su tierra.