“En los años 40, un grupo de niñas fue internado junto conmigo en un asilo mental en las montañas de Europa; poco después, los alemanes llegaron llevando consigo aparatos, instrumental y personal médico… fue entonces que las pesadillas comenzaron y con ellas, la misteriosa muerte de varias de las pequeñas.
Algo en esa casona blanca de las montañas nos perseguía, una sombra torcida que, averiguando nuestros miedos, nos arrastraba a un mundo de pesadillas para luego darnos cacería. Algunas sobrevivimos y al final de la guerra nos enviaron a casa. Pensamos estar a salvo, pero aquellas pesadillas nos siguieron a todas y cada una. Hoy, después de quince años, seguimos muriendo una a una, presas de es horror. Hoy, quince años después, lo tengo claro:
ELLOS NOS HICIERON ALGO.
Por ello he vuelto a internarme en ese viejo asilo, en busca de saber qué nos hicieron.