En El cuerpo (re) escrito. Autoras argentinas del siglo XXI, Susanna Regazzoni propone una lectura crítica de algunas autoras argentinas mediante el relato del cuerpo femenino como objeto privilegiado de escritura para afirmar una nueva visión de la persona. Un cuerpo que, víctima de los modelos y controles de una sociedad patriarcal, está a menudo marcado por una relación de violencia. A partir de Alfonsina Storni, que es una presencia, a pesar de la distancia temporal, muy actual y que encabeza símbolicamente el grupo de escritoras estudiadas, se profundiza en una serie de nombres –Luisa Valenzuela, Sylvia Molloy, María Moreno, Gabriela Masssuh, Gabriela Cabezón Cámara, Pía Bouzas, Selva Almada, Jimena Néspolo y Samantha Schweblin– que, de alguna forma, integran lo que la crítica ha señalado como un nuevo boom de escritoras latinoamericanas. Los textos analizados comunican una crisis identitaria relacionada con una explotación de la marginalidad donde resalta el imperio del realismo cotidiano; este realismo se aproxima sin llegar a colmar la experiencia desnuda del sufrimiento y el dolor. Se trata de novelas y relatos que, a veces, logran una escritura que puede evocar estos sufrimientos y ofrecer un significado que remite a una difícil verdad. En fin, “una lectura de la violencia sobre los cuerpos –como señala Enrique Foffani en las palabras de presentación– como si estas narraciones conformaran el pentimento de la literatura argentina: porque ella es, en su sustancial indefinibilidad, un cuerpo re-escrito en el eterno retorno del escribir”.