El presente libro propone al lector un absorbente grand tour por los grandes centros musicales de la Europa del siglo XVIII, de Nápoles a Londres, pasando por Berlín, Viena, Praga y San Petersburgo, con una incursión en el Nuevo Mundo colonial.
Con el telón de fondo de una Europa dividida entre un espacio católico y otro protestante, el autor muestra cómo se desarrollaron y mezclaron los estilos «galante» y «culto». Además de considerar en profundidad la obra de Mozart, Haydn y el primer Beethoven, amplía el foco de su análisis para poner de relieve las contribuciones de figuras menos conocidas, pero sin duda relevantes, como Johann Adam Hiller, François-André Philidor o Anna Bon.