1985 fue un año dramático para la historia de Colombia. En medio del debilitamiento del proceso de paz adelantado por el presidente Belisario Betancur con el M-19 y las Farc, los colombianos atravesaban una profunda crisis de valores producida por el creciente poder del narcotráfico. El 6 de noviembre un comando guerrillero del M-19 se tomó por asalto el Palacio de Justicia. Eran las 11:20 de la mañana, aproximadamente. De inmediato, como lo cuenta una de las nueve crónicas de este libro, se inició una especie de comunicación secreta para tratar de detener el horror que se preveía en el ambiente. En llamadas desde París, Gabriel García Márquez trató de impedir un desenlace que, esa noche, pareció ser una pesadilla cuando millones de colombianos vieron arder la fachada del edificio, y la voz quebrada del presidente de la Corte Suprema de Justicia, Alfonso Reyes Echandía, quien pedía que cesara el fuego de inmediato, fue obviada por los dirigentes del momento.
El 13 de noviembre la población de Armero (Tolima) amaneció cubierta de ceniza. A pesar de los pronósticos de lo que podía ocurrir, ninguna autoridad dio la orden de evacuar la que hasta entonces era la Capital Blanca del departamento, por sus cultivos de algodón. Ese día, a las 9:40 de la noche, se inició la erupción del volcán Nevado del Ruiz que produjo una avalancha que borró una población de aproximadamente cuarenta mil habitantes, en la que fallecieron alrededor de veinticinco mil personas, aunque las cifras exactas son inconstatables.
A partir del 6, y hasta el 14 de noviembre, el país se convirtió en un duelo permanente que nos atraviesa hasta hoy, treinta años después. 1985. La semana que cambió a Colombia es un viaje, día por día, de la mano de nueve cronistas, a la intimidad de un momento que revolvió las entrañas de la sociedad.