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Institutions, Mobilisation, and Political Participation
註釋Esta tesis mantiene que no podemos entender completamente el asociacionismo político de los ciudadanos a menos que fijemos nuestra mirada más allá de las características individuales; es decir, a menos que intentemos comprender qué efecto tiene sobre su comportamiento político el contexto político y social en el que los ciudadanos actúan. Los recursos y las características socioeconómicas proporcionan oportunidades para unirse a organizaciones políticas. Las actitudes y las orientaciones proveen (o, por el contrario, reducen) la motivación para unirse a un grupo con objetivos políticos. Sin embargo, estos rasgos individuales no son necesariamente factores de desigualdad en todas las sociedades ni tienen siempre las mismas consecuencias. El contexto social y político en el que los ciudadanos toman decisiones sobre su participación interactúa, de manera importante, con los rasgos individuales para activar o desactivar su impacto político. Además, el contexto social y político que rodea a los ciudadanos tiene también un impacto independiente sobre su comportamiento político. Las instituciones políticas y las pautas de movilización política condicionan de manera crucial el asociacionismo político. Estos dos conjuntos de factores -instituciones y movilización- estructuran las oportunidades de participación que en realidad tienen los ciudadanos. De hecho, algunos sistemas democráticos han desarrollado instituciones políticas que facilitan la pertenencia a grupos políticos. Así, mientras que en algunos países occidentales los ciudadanos son movilizados con mucha frecuencia a través de asociaciones políticas, en otros lo son en mucha menor medida. Esta tesis es, por lo tanto, un intento de incorporar de una manera sistemática la "política" y las "instituciones" en el análisis del comportamiento político. A lo largo de la misma se demuestra que las enormes diferencias entre los países occidentales en términos de la propensión de sus respectivos ciudadanos a organizarse políticamente, no pueden explicarse sólo por las distintas características socioeconómicas de los individuos. Sin duda, estos aspectos también contribuyen a que sean menos participativos, pero no nos ayudan gran cosa a explicar las variaciones que encontramos entre sociedades occidentales. Los resultados de esta investigación ponen de manifiesto la enorme importancia del contexto sociopolítico para explicar por qué los ciudadanos de algunas democracias occidentales participan en política a través de organizaciones y por qué no lo hacen los de otras sociedades similares. Determinadas estructuras de oportunidades políticas favorecen la participación de los ciudadanos de manera muyimportante. Así, sistemas políticos más abiertos a la influencia de las organizaciones políticas, gracias a la existencia de arreglos corporativistas de intermediación de intereses y al mayor pluralismo y fragmentación de la representación parlamentaria, contribuyen a que los ciudadanos encuentren mayores incentivos para participar en los asuntos públicos. Del mismo modo, el grado en que las propias organizaciones políticas actúan como agentes efectivos de movilización política influye en el comportamiento participativo de los ciudadanos. Allí donde las organizaciones políticas tienen una red organizativa y de infraestructuras más densas, los ciudadanos están más expuestos a los estímulos de reclutamiento político y, por tanto, participan más. Además, el contexto político no sólo estructura las oportunidades de participación de los ciudadanos, sino que también interactúa con las características de los propios ciudadanos, contribuyendo así a aumentar o disminuir las desigualdades participativas de los mismos. Las estructuras políticas más abiertas y accesibles disminuyen las barreras y los costes a la participación, de tal manera que los individuos con menores recursos socioeconómicos -por ejemplo, la educación- no se encuentran tan desfavorecidos en su capacidad de influir en el proceso de toma de decisiones. Por el contrario, las estructuras políticas más cerradas exacerban el efecto de las desigualdades sociales y las transforman en desigualdades políticas. De esta manera, el contexto político tiene un doble efecto sobre el asociacionismo político en las democracias occidentales. Por un lado, condiciona cuánta gente participa en los asuntos públicos a través de organizaciones políticas y, por otro, incide en quiénes son los que participan. Los sistemas políticos más abiertos extienden e igualan la participación organizada de los ciudadanos; los sistemas políticos más cerrados reducen la participación y la hacen más desigual socialmente.