Buena muestra del anchísimo panorama que ofrece la obra, está en el surtido de funciones que la profesora Falcó asigna a la equidad. Empezando por la función aplicadora del derecho, (como actividad definitoria de la jurisprudencia), siguiendo por la función interpretativa (declarativa y correctora), prosiguiendo por la función integradora (produciendo efectos específicos sobre lagunas propias o impropias), su función moderadora (mitigadora del rigor del derecho), contemplando así mismo, sus funciones humanizadora y creadora.