Estar hoy en la escuela -y, se podría ampliar, en el mundo- es estar expuesto a lo imprevisto. Ya no hay estructuras protectoras ni Estados garantes. Ni el maestro, ni el alumno, ni el vecino, tienen partituras de cuales valerse.
Pero lejos de llorar sobre la leche derramada, los investigadores que dieron forma a este libro prefieren dirigir su mirada a las posibilidades que sí se abren en la intemperie, hacia las estrategias que nacen erráticamente y que muestran otros modos de construcción social. Para ello se propusieron ir a las prácticas: entraron en las escuelas y en los barrios, se aproximaron a las dinámicas sociales y singulares y, junto con los interlocutores disponibles, procuraron experimentar nuevas prácticas y pensamientos. El itinerario recorrido dió a luz la idea de maestros errantes, que hace referencia a una gran variedad de figuras barriales que toman iniciativas y ponen a prueba sus capacidades vitales.