Todos los eventos y
personajes de esta novela Las Botas del
Rey son ficticios. Sin embargo algunos hechos que he incluido en la
historia pretenden hacer honor a la realidad que vivía Colombia en los años en
los que he recopilado datos para enhebrar la trama final, como la muerte de más
de 155 periodistas colombianos entre los años 1977 y 2004, en especial el
asesinato del periodista Guillermo Cabrera, presidente del Círculo de Periodistas
de Cali, capital del suroeste departamento de Valle del Cauca, así como la
realidad de los desplazados por la lucha armada o los cerca de 1000 educadores
asesinados en los últimos 20 años.
La novela se convierte
en una premonición de lo que está sucediendo estos días en Colombia, donde se
trata de devolver a los campesinos aquellas tierras de las que fueron
expulsados.
No todo es atribuible a
la lucha armada ni se pretende colocar este libro en el campo de las denuncias,
pero algunos acontecimientos sirvieron para desarrollar con más exactitud la
historia que pretendía contar.
El lector se convertirá en acompañante activo de
este grupo de desalmados y, a través de los personajes, se acercará de forma
sutil a una realidad oculta en la selva Colombiana.