La postura de la Iglesia respecto de los derechos humanos es hoy percibida de forma contrapuesta. Para algunos se trata de la institución que defiende con mayor fuerza su aplicación a nivel mundial; para otros representa uno de los obstáculos más importantes a su plena difusión. La historia permite explicar este contraste. Durante largo tiempo la Iglesia ha defendido que la base de toda convivencia civil se hallaba en los «derechos de Dios» y no en los «derechos del hombre» nacidos de la anticristiana Revolución francesa. Más tarde, desde el pontificado de Juan XXIII y el Concilio Vaticano II, ha iniciado un camino de acercamiento a los derechos humanos que aún continúa. El libro transita por este atormentado itinerario clarificando sus motivos e implicaciones.
La obra, traducción de la edición italiana de 2012, aporta una visión penetrante y documentada sobre la conflictiva relación que la Iglesia católica ha mantenido con los derechos humanos desde su formulación en 1789, un problema que sigue siendo de actualidad.