En Europa, las políticas de inclusión incluyen, fundamentalmente, los programas de ingresos mínimos, activación y orientación social. En España, en su desarrollo, encontramos distintos niveles de la Administración (nacional, autonómica o local), con sistemas de servicios sociales, empleo o vivienda, y actores de naturaleza pública o privada, entre otros. Esta diversidad dibuja un mapa complejo de medir y comparar en el que la inversión y el desarrollo en los territorios no van de la mano del volumen de población excluida.
La presente monografía profundiza en la evolución de las políticas de inclusión de cinco comunidades autónomas (Navarra, La Rioja, la Región de Murcia, Castilla y León y Andalucía) tras la crisis económica que comenzó en 2008. El estudio identifica, a lo largo de una década, una primera etapa de inhibición en el desarrollo de estas políticas, coincidente con el aumento de las necesidades, y una segunda de expansión ubicada en los años de recuperación económica. De esto se extraen varias enseñanzas de interés para la década que ahora comienza, marcada de nuevo por una crisis de gran magnitud, y que requerirá reforzar las políticas de inclusión y ampliar su enfoque para lograr, además de paliar las necesidades sociales, prevenir la fractura social.