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Los hilvanes del tiempo
註釋Corre el año 1968. Madrid está de moda. Blanqui aparece en el Madrid del 68 como tantas chicas y chicos adolescentes naturales de provincias y de los pueblos de nuestra geografía. Blanqui aterriza en Madrid nada más cumplir la escuela. Se da de lleno con la capital y también con el incipiente cambio político. Aunque ella no alcanza a entender esas pequeñas pinceladas que percibe en la historia social y política de la capital, ella no ha estudiado, ella qué sabe. Su vida circulaba por otros mundos. Por sus mundos particulares. Los hilvanes del tiempo nos cuenta la historia que transita por los mundos de Blanca atravesando el tiempo y la vida. La vida, que, en el transcurso de un mes y medio, en el otoño de 1975, le da un vuelco en el que ya nada volverá a ser como antes era. Solo hubo un hombre con el que ella hubiera podido marcharse al fin del mundo, pero eran otros tiempos. A Blanca Olivar todavía le sobrecoge ver una abolladura en el capó de un coche. Pasar delante de un estudio fotográfico. Escuchar los acordes de una guitarra. Respirar el humo mentolado de un cigarrillo. Encontrarse con una chaqueta de cuadros azules y blancos, un pañuelo palestino, un traje de color gris plata, un cenicero amarillo de plástico duro, un encendedor Clipper negro. Encontrarse con el vaivén de las cabinas del teleférico de Madrid. Cualquier artículo, cualquier documental, cualquier película, cualquier información donde se nombre o aparezca la palabra Canadá. Canadá ha ocupado, y siempre lo hará, un lugar importante en la memoria de Blanca.