El proyecto de construcción de la nacionalidad colombiana en el siglo XIX implicaba la elaboración de un nuevo entramado cultural, de una red simbólica que direccionara el horizonte de la modernidad deseada por las elites. Había que crear la nación, pero esto implicaba forjar los actores y los escenarios que sirvieran de base para la existencia de esa nación. La prensa, los discursos políticos, la ciencia y la literatura, jugaron ciertamente un papel importante en la construcción de este imaginario y la representación estaba centrada en aquellos que sabían leer las claves de la civilización: los criollos ilustrados, cuyo habitus estaba formado en el imaginario étnico y colonial de la blancura. Se proclama por ella la superioridad de la sangre hispana, latina y sajona, y de la piel blanca, sobre los grupos mestizos, indígenas y negros. El deseo civilizador era entonces un asunto de violencia simbólica y presuponía unas jerarquías étnicas y de género que chocaban con los principios del liberalismo económico. La colonialidad parecía revelarse entonces como la otra cara de esa modernidad deseada. Los textos aquí presentados reflexionan sobre la construcción del entramado simbólico que quiso instaurarse como fundamento cultural de la nación colombiana en el siglo XIX: la literatura y el periodismo como artífices del imaginario letrado de la Atenas sudamericana, la ciencia como instrumento de control biopolítico sobre las poblaciones y el territorio, el derecho como dispositivo para la construcción y subjetividades obedientes, la familia católica como espacio privilegiado de la vida de las mujeres, el museo como escenario para la patrimonialización de la memoria histórica. Los textos aquí presentados reflexionan sobre la construcción del entramado simbólico que quiso instaurarse como fundamento cultural de la nación colombiana en el siglo XIX: la literatura y el periodismo como artífices del imaginario letrado de la Atenas sudamericana, la ciencia como instrumento de control biopolítico sobre las poblaciones y el territorio, el derecho como dispositivo para la construcción y subjetividades obedientes, la familia católica como espacio privilegiado de la vida de las mujeres, el museo como escenario para la patrimonialización de la memoria histórica.