Las afinidades hacia la Monarquía del rey de España estuvieron en el centro de la capacidad de proyección y de la presencia imperial ibérica a lo largo del mundo. Estas afinidades permitieron articular una mayor potencia de influencia sobre los territorios y las sociedades exteriores a la Monarquía, generando actores políticos que la identificaron como su aliado natural en sus conflictos civiles, rebeldes que se quisieron apoyar en ella para resistir a los poderes constitutivos, familias que desarrollaron una relación clientelar con el poder ibérico hacia el que confluían sus vástagos para trabajar en su administración, servir en sus ejércitos o estudiar en sus Universidades; facciones que se sostenían en sus recursos en los conflictos cortesanos; financieros y mercaderes que buscaban beneficiarse de las posibilidades económicas del comercio y los asientos regios; religiosos que identificaban en un modelo ibérico la vía de refuerzo del catolicismo… Todo esto se dio por doquier, tanto en Europa como en Asia, África o América. Todas estas simpatías definen múltiples categorías que tuvieron un importante efecto tanto sobre las sociedades receptoras, como sobre las posibilidades políticas de la hegemonía española.
Este volumen estudia las diversas tipologías que definieron un fenómeno tan complejo, intangible en ocasiones, y que ha sido analizado sólo desde perspectivas aisladas, sin llegar a percibir su importancia histórica, prisionero en parte de la Leyenda Negra. Para ello se ha reunido un equipo de investigadores europeos y americanos cuyos textos permiten comprender la pluralidad del sentido político, territorial, cultural y social de este fenómeno.