Hay, quizás, demasiada cantidad de publicaciones opinando sobre educación, exponiendo y defendiendo postulados teóricos como si fuesen verdades comprobadas y únicas. Así también, podemos encontrar otros tantos que pretenden obtener, principalmente, un aporte económico importante a sus propios bolsillos, reflotando ideas perimidas enmascaradas con nuevas terminologías o con “paradigmas mágicos”. Esta obra pretende no pertenecer a ninguno de estos grupos, sino recuperar el camino que lleva siglos y millones de evidencias a su favor, el camino de la ciencia. No mediante el dogma cientificista, sino intentando mostrar una vía para lograr el desarrollo de las capacidades científicas en docentes y alumnos, partiendo desde la naturaleza humana, no intentando forzarla. Esta nueva mirada, basada en las neurociencias (neurología, psicología y pedagogía) solo apoya y aclara lo que la epistemología viene diciendo claramente, al menos, desde que el método científico fue establecido.
La única forma posible de desarrollar capacidades científicas es ejerciéndolas. No se pueden crear, porque son innatas, por lo que acompaño técnicas y criterios guías que permitirán lograr fácilmente el objetivo propuesto en esta obra. Es el docente quien primero tiene que desarrollar sus capacidades científicas, para luego enseñárselas a sus estudiantes, porque se enseña con el ejemplo y porque uno nunca puede enseñar lo que no tiene o lo que no es.