Los trabajos compilados en este volumen fueron escritos a lo largo de veinticuatro años. El primero data de 1920 y el último de 1944. Sanín volvió una y otra vez sobre la figura de Jorge Isaacs y en cada ocasión aportaba un dato nuevo, una interpretación inesperada y una comparación sugestiva. El personaje y sus obras eran sin duda los mismos, pero la mirada y el sentimiento con que se abordaban cambiaban con los años, el estudio, la experiencia y la sensibilidad de los tiempos. Junto a José Asunción Silva lo consideraba el escritor colombiano de mayor relevancia del siglo xix. Ambos eran poetas y novelistas, pero Isaacs era el narrador y Silva el rapsoda. De sobremesa era pálida ante María y el autor de Río Moro era lánguido ante el creador del Nocturno. Ambos, sin embargo, dejaron huella de su grandeza en las letras nacionales y en la literatura de habla castellana.