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De la tierra al cielo
註釋Volar. Uno de los grandes anhelos del ser humano. Advertir el mundo desde arriba, desde donde todo se ve bien. Esta es una forma diversa del ver a Bogotá, la metrópoli, la ciudad de las mil facetas; en esta ocasión, una vista desde “lo alto”, a través de múltiples dimensiones. De la tierra al cielo. Bogotá desde arriba, es una publicación que acompaña la exposición del Museo de Bogotá que bajo este mismo título, brindó una mirada especial de la capital. Modos particulares de observar la urbe desde las alturas: por encima de los techos, desde las torres campanarias, los rascacielos, los miradores, las cumbres de los Cerros Orientales y, con el auxilio de medios sofisticados, desde el aire y el espacio. Ante todo la geografía, la relación con el territorio, ese paisaje único conformado por nuestras imponentes montañas y nuestra sabana surcada por numerosos cursos de agua; luego, la forma urbana, una cuadrícula definida en la zona histórica que se va modificando a medida que la ciudad crece; enormes vías sin fin y también pequeños parques “de bolsillo”; edificaciones cuyas formas son inimaginables hasta que las vemos desde arriba. Lugares emblemáticos y también espacios insospechados. Raros colores, luces resplandecientes y oscuras sombras que dramatizan la escena. Todo eso se percibe solo desde lo alto. De manera didáctica y amena, se presentan en esta exhibición los diferentes métodos de representación de la ciudad y sus componentes, bien sea mediante dibujos, pinturas, grabados o las primeras fotografías; así mismo, se muestra la evolución de las diversas técnicas planimétricas, de la cartografía del siglo XVIII a los mapas más recientes, pasando por los inicios de la aerofotografía y su desarrollo en el tiempo, hasta las más complejas y precisas imágenes satelitales actuales. Es esta entonces una magnífica oportunidad para descubrir, comprender y valorar nuestra ciudad. Para verla y apreciarla desde otra perspectiva. Para leer sus persistencias y a la vez sus permanentes transformaciones. Para entender su crecimiento desbordante, pero también la mirada de sus habitantes a partir de otros ángulos, desde ventanas y terrazas, barrios miradores de sugestivos nombres, picos montañosos, globos aerostáticos y aeronaves… Y, desde allí, divisar ríos y quebradas; avistar calles, palacios, casas y patios, monumentos, árboles y personas; revelar la forma de las principales plazas, y la de nuestro barrio y nuestro parque; ubicar nuestra casa, el colegio o el lugar de trabajo; distinguir lugares como la plazoleta del Chorro de Quevedo, el Bosque San Carlos, la planta de tratamiento de Vitelma, las Torres del Parque, Unicentro, el humedal Juan Amarillo o la Ciudadela Colsubsidio.