Al inspector Alcántara se le presenta el caso de la desaparición de un
conocido hostelero y de un ginecólogo. Ese policía, con toda su familia,
había emigrado hasta la ciudad. Allí termina el Bachillerato y comienza
a estudiar Derecho. Pero la muerte repentina del padre le lleva a dejar
los estudios e ingresar en la policía, terminando por estudiar Historia,
su verdadera vocación. Padre de una niña y de un niño, enviuda pronto.
Con el hijo no tendrá muy buenas relaciones, a pesar de que es lo que
más desearía. Tras indagar entre los familiares y allegados de los dos
desaparecidos, no se le presentaban posibilidades de dar con sus paraderos, muertos o vivos. Todos tenían coartadas. Inesperadamente el
inspector comenzó a recibir mensajes en su correo electrónico del que
parecía ser el secuestrador, en los que se hacía continuas referencias a
los Trastámaras, reyes que él había estudiado especialmente ¿Cómo podía saberlo? El posible secuestrador era un hacker y prácticamente acaba dirigiendo la investigación. Las pesquisas llevaron al policía a París y
a una familia de emigrados españoles. El caso se resolverá en Coímbra,
junto a las ruinas del convento donde estuvo recogida Juana la Beltraneja tras su marcha de Castilla.