Lo
que van a leer en este libro, para nada tiene que ver con la
sensación prosaica a la usanza común. Estos escritos nacieron de
ciertas inspiraciones surgidas en momentos puntuales de mi vida.
Conduciendo por una solitaria carretera, paseando por mi vetusta
ciudad, metiendo mis pies en la arena mojada de mis hermosas playas,
oyendo las gaviotas de mi puerto, terminado un acto de amor, con el
goce de una buena comida, tras una mirada que buscaba la nada del
horizonte… En definitiva, cualquier instante me sirvió para poner
en funcionamiento la sofisticada maquinaria del cerebro para mezclar
las 28 letras de nuestro rico abecedario.