Hasta hace poco, la cuestión de la seguridad ocupaba un papel central entre las
preocupaciones de científicos y ciudadanos. Las cosas han cambiado en un periodo
muy corto de tiempo. Ahora que lo vamos perdiendo casi todo, vemos que la
seguridad sin el resto de condiciones vitales es una ilusión. Y podemos apreciar
que, de nuevo, la protección de los derechos más básicos forma parte del discurso
social y encuentra un hueco entre las exigencias sociales.
Este libro, con sus distintas aportaciones, aspira a recordar una idea muy básica,
que esa tensión entre el derecho a la seguridad y la promoción de la seguridad
que ofrece la protección de los derechos tiene que ver con la idea de la justicia que
queremos.