登入選單
返回Google圖書搜尋
註釋

La novela la empecé a escribir hace más de cuarenta y cinco años, cuando todavía no había cumplido los quince. El año anterior, por mi cumpleaños, me habían regalado un cassette Philips para que grabara lo que quisiera, pero al siguiente lo sustituí por un diario para apuntar lo que pasaba a mi alrededor y lo que yo pensaba de las cosas que veía. Pasaron muchos años hasta que lo volví a leer y reparé que, junto a historias propias de cualquier adolescente, también había otras muy singulares, que ni siquiera las recordaba como las había escrito. El diario estaba redactado con muchas faltas de ortografía y con poco rigor, pero tenía la frescura y la sinceridad del adolescente; encerraba un testimonio que valía la pena contar.


La única forma de conseguirlo era a través de una novela que sirviera de soporte para colgar las experiencias y sentimientos, entremezclar personajes reales y ficticios, recoger con fidelidad hechos históricos, pero también fantasear con situaciones que nunca se produjeron. Que nadie piense que lo que pongo en boca de los personajes reales, fuera verdad porque no lo es y solo ha sido fruto de mi imaginación, porque exclusivamente obedece al deseo de explicar la realidad a través de la ficción.


1976, el año que cambiamos el paso.