Al reflexionar sobre la extraordinaria intersección entre la física cuántica y la filosofía de la ciencia, este libro ofrece una mirada en profundidad a un tema de actualidad entre los amantes de la ciencia. Se trata de cómo el entrelazamiento cuántico puede afectar a un concepto tan complejo y escurridizo como la conciencia universal. A través de un viaje que combina ciencia y metafísica, intentaremos construir una visión del cosmos como un sistema integrado e inteligente.
El entrelazamiento cuántico representa una condición en la que dos o más partículas llegan a estar tan interconectadas que el estado de cada partícula no puede describirse independientemente de los estados de las otras, incluso cuando están separadas por grandes distancias. Es como si, una vez que estas partículas han interactuado, formaran una única entidad unificada que trasciende la separación física.
Para apreciar su importancia, consideremos un ejemplo emblemático: imaginemos dos electrones que han estado en contacto en el pasado. Una vez que se separan y viajan a millones de kilómetros de distancia, si uno de ellos cambia su estado de espín (una propiedad cuántica fundamental), el otro electrón cambiará, instantáneamente, su espín de forma complementaria, a pesar de la inmensidad del espacio que los separa. Esta persistente correlación no puede explicarse con los conocimientos clásicos de la física y ha obligado a los científicos a enfrentarse a las rarezas de la mecánica cuántica.
Otro ejemplo extraordinario de entrelazamiento cuántico es el experimento del gato de Schrödinger, imaginado por el físico austriaco Erwin Schrödinger. En esta paradoja, un gato encerrado en una caja puede estar vivo y muerto al mismo tiempo, hasta que un observador abre la caja y observa al gato, forzando el colapso de la función de onda de la partícula. Este experimento mental ilustra cómo en los sistemas cuánticos los estados pueden ser simultáneos y superponerse: no es paradójico que el gato esté vivo y muerto al mismo tiempo. Se trata de un concepto chocante que echa por tierra las intuiciones cotidianas.
¿Qué tiene esto que ver con la conciencia universal? Muchos investigadores y filósofos de renombre, desde David Bohm a Roger Penrose, creen que el entrelazamiento cuántico puede proporcionar pistas sobre un nivel oculto y profundo de conexión universal. En efecto, si las partículas subatómicas pueden permanecer conectadas independientemente de la distancia, ¿por qué no plantear la hipótesis de que el mismo principio podría aplicarse al cosmos en su conjunto, incluida la conciencia? Quizá, unificando conceptos cuánticos y especulaciones filosóficas, podamos intentar vislumbrar un universo no sólo interconectado, sino también consciente de sí mismo.
Algunos creen que el entrelazamiento podría arrojar luz sobre fenómenos que actualmente se nos escapan, desde la telepatía a otros fenómenos parapsicológicos. Aunque estas hipótesis siguen en el terreno de las teorías no confirmadas, ponen de relieve la ambición del hombre por comprender el universo no sólo como un conjunto de objetos separados, sino como un sistema integrado e inteligente.