Una noche tortuosa, incapaz de conciliar el sueño, aquel revolucionario acechado por el remordimiento de su cruzada, se cuestionó y apuntó un arma a su boca. Al darse cuenta de la absurda acción que había hecho, descartó aquello, y con su mente delirante terminó rememorando su origen.
Desde el encuentro con la chica que le mostró la existencia de seres que al quebrantar su lógica nombró como "tonterías". Así como la lucha de ideales de su "yo" joven, contra la rareza olvidada conocida como Mercurio. Su despertar lo llevó a explorar una ciudadela utópica donde rarezas albergaron y le desvelaron la excentricidad horrorosa que esta ocultaba.