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註釋Hay momentos en que a los padres les parece imposible enseñar a amar, porque piensan que su hijo adolescente se encuentra en las antípodas del amor: es egoísta, violento e impulsivo y sólo busca su propia gratificación: no está dispuesto a ceder ni a transigir y pretende imponer siempre sus exigencia y sus deseos, sin pensar nunca en los demás... O bien es pasivo, indiferente y descuidado: parece no albergar ningún sueño, ni siquiera el de satisfacerse a sí mismo, y se refugia en la pasividad, recurriendo a todos los "anestésicos" (música, alcohol, etc) que la sociedad le pone al alcance de la mano. A los padres no les cabe en la cabeza que sea ésa la manera que tienen de aprender a amar y orientarse en la vida: es como si, para aprender a volar, decidiera alguien que lo que tiene que hacer es ganar peso. Sin embargo, la actitud fundamental de los padres en estas situaciones consiste en creer en el amor: ésta es la condición para que haya una verdadera educación en el amor. No es posible conducir a alguien adonde no ha estado uno con anterioridad: los padres del adolescente, con todos sus recursos, deben creer que el amor existe. Los padres que creen en el amor a pesar de todo y hacer de él el motor de sus vidas son para el hijo verdaderos modelos y referentes. Por eso nos atrevemos a decir que educarse en la afectividad y en el amor corresponde ante todo a los padres. MARIATERESA ZATTONI Y GILBERTO GILLINI, licenciados en psicología por la Universidad Católica de Milán y miembros del Consejo Nacional de la Familia de la Conferencia Episcopal Italiana, son autores de numerosas publicaciones sobre temas psicopedagógicos. En Sal Terrae han publicado: Hablar de Dios a los niños. La educación religiosa de los padres y los educadores Y La otra trama. Manual de formación para urdir unas relaciones familiares alternativas.