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註釋La violencia que se pasea por los escenarios de América Latina se debe a la incapacidad mostrada hasta ahora por el Estado, a la desestructuración de los medios coercitivos y controladores de la violencia y al vacío ético que existe en los lazos de convivencia social; todo ello acompañado por el saldo siniestro que nos ha dejado la aplicación del modelo neoliberal, formando de esta manera el resorte de donde salta la violencia para posicionarse en el plano social y destruir los tejidos y redes de la sociedad latinoamericana contemporánea.Esta violencia tiene varios rostros. Algunas veces se asoma en forma de linchamientos comunitarios contra aquellos individuos que han atentado o usurpado el patrimonio, las leyes y costumbres de localidades rurales o populares. Otras, se expresa por medio de insumisos insurgentes que luchan tenazmente por alterar las relaciones de desigualdad de un país. También aparece en los comportamientos de las multitudes desgajadas de los sistemas de fidelidad tradicional, quienes a través de la acción directa confrontan, recuperan y se reapropian de tierras, cooperativas y lugares de donde fueron desalojados y, no dejan de faltar las manifestaciones de disturbio, robos, secuestros, violaciones y asaltos que ensombrecen la tranquilidad ciudadana, bajo el amparo de la complicidad y la impunidad de las autoridades encargadas de atajar los delitos.Para dar cuenta de esta complejidad, especialistas de varias instituciones universitarias y de investigación se han dado a la tarea de exponer sus argumentaciones sobre qué esta pasando con la violencia, de donde deviene, hacia dónde nos conduce y qué horizonte se alcanza a otear desde los laboratorios reflexivos de América Latina.