Decía Abdallah Laroui, al resumir las tesis fundamentales de Ibn Jaldūn, que «el hombre es activo por naturaleza; el fin de esta actividad es edificar una cultura por medio del Estado; el conjunto de culturas edificadas forma la historia». Mas este concepto de cultura–activa que genera historia, en tanto que se desarrolla mediante formas y modelos creados por los grupos humanos a lo largo del tiempo, no puede desvincularse de la idea de identidad. Esta no es otra cosa que la asunción de valores, símbolos, creencias, ideas y actitudes por parte de un grupo que, en su interacción con los demás y en su comprensión de la realidad, actuará conforme a ellos y, lo que es tal vez más importante, buscará su reconocimiento mediante ellos, tanto en el momento presente como en épocas pasadas. Desde esa perspectiva, los temas abordados en el presente volumen poseen un interés específico para comprender algunos rasgos identitarios propios del Occidente islámico en los siglos XI-XIV, período este de profundas transformaciones ideológicas, políticas y sociales que constituyen una fuente inagotable de ideas para la investigación histórica.