Las poesías de María Esther Fernández están impregnadas por lo cotidiano, los momentos que vivimos, los caminos que recorremos y lo que todos sentimos. Su autora lo ha titulado con una imagen en movimiento que sugiere una dirección incorpórea definida hacia la poesía. Su forma de escribir es musical y delicada con versificación equilibrada por el vaivén de la palabra que apunta a los sentires más profundos, a la sensibilidad y a la fineza estética. Los poemas siempre transmiten una mirada romántica y creativa donde los sentimientos y las imágenes están impregnadas de color y naturalidad. Su creatividad se expresa poéticamente mediante la sabiduría y el encanto del sentido artístico adquirido mediante el estudio de las artes visuales. Una vasta visión del arte y el positivismo de su vida intelectual desarrollada a través del tiempo le permite franquear los designios de lo humano, en paz con lo terrenal. Junto con lo natural y lo mágico, resalta lo pictórico en sutiles descripciones de las imágenes con palabras escritas de figuras, formas y traslaciones.
Jorge Altamira