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El gran desafío
註釋

Es un lugar común afirmar que la democracia colombiana está en crisis. En realidad, lo que ha sucedido ―sin que la mayoría de la opinión pública nacional se haya dado cuenta―, es que el sistema llamado democrático ha venido evolucionando desde hace mucho tiempo.

Que, mientras entre nosotros se ha mantenido un estancamiento político en beneficio de los miembros del "establishment", en los países verdaderamente democráticos se ha venido cumpliendo una reforma permanente de las estructuras del Estado, en beneficio del progreso y del bienestar de la comunidad.

 Esta falta de conciencia política de la gran masa colombiana ―y también de muchos sectores importantes de la clase media y alta―, es producto tanto del dominio que los miembros reaccionarios de las clases dirigentes han mantenido sobre los medios de difusión del pensamiento; corno de la existencia de una democracia formal que le ha dado al pueblo ―políticamente ignorante― la ilusión de que goza de una libertad, cuando en realidad el sistema no conlleva ninguno de los beneficios materiales y espirituales que deben ser el propósito de un régimen verdaderamente inspirado en el mejor estar del pueblo. 

Hoy, quienes hasta hace muy pocos años vivían en un estado de sumisión intelectual y material, comienzan a sacudir su ignorancia gracias a la conciencia que están adquiriendo de sus derechos, y de la posibilidad de hacerlos valederos.

Como consecuencia de esta toma de conciencia las masas están desarrollando un sentimiento político nuevo que las lleva a rechazar las banderas con las que antaño fueron conducidas a inútiles sacrificios en los campos de batalla y que, en cambio, las impele a buscar caminos que las conduzcan a la liberación económica, a la cultura, a la seguridad social. Es decir, a la verdadera democracia.

Esta democracia debe tener un objetivo y un propósito que puede enunciarse como la obtención de la justicia social. Y la justicia social solo se alcanzará saliendo del subdesarrollo.

Este es el gran desafío que se presenta a los pueblos del sur del Río Grande, y al cual se encuentra enfrentada concretamente Colombia.

O buscamos la evolución de las estructuras por medio de una evolución pacífica, ojalá facilitada por la clase dirigente, o no habrá más recurso que apelar a los métodos revolucionarios, porque el pueblo colombiano está impaciente y no parece dispuesto a inclinarse indefinidamente ante el mito de una legalidad esclavizante que lo tiene sumido en la abyección espiritual y material.