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註釋

PRÓLOGO Ana Blanco Gadañón


Universidad Nebrija


El interés por el español es creciente, según se viene recogiendo en los informes anuales emitidos por el Instituto Cervantes respecto a las cifras del español; en particular, en relación con su aprendizaje como segunda lengua, en 2021, ya se superaron los 24 millones de estudiantes de español (El español: una lengua viva, Instituto Cervantes, 2021). Por otro lado, la demanda de cursos de español con fines específicos (EFE), además de la de los generales, es cada vez más significativa en los distintos centros y modalidades de enseñanza. Su reflejo más inmediato es la oferta editorial de la que dispone el alumnado de EFE: a los habituales Español de los negocios o de la empresa y Español médico, se suman otros como el Español del cine o el Español jurídico. También, desde el punto de vista científico y formativo, aumenta el número de encuentros en los que se comparten los progresos alcanzados en esta área temática. Igualmente, la implantación de la asignatura de Español con fines específicos, en los distintos másteres de lingüística aplicada a la enseñanza de español como lengua extranjera (ELE), refleja la relevancia que está adquiriendo la enseñanza de EFE en el contexto actual.

Precisamente, este proyecto, Guía para la clase de español con fines específicos, se concibe como un manual de trabajo y de referencia rápida para profesores y profesionales (por ejemplo, autores y editores de manuales) que, interesados en la docencia de EFE, requieran de una información precisa sobre las distintas lenguas de especialidad empleadas en entornos laborales. Por tanto, se ha de aclarar que esta obra se aleja de una orientación teórica para convertirse en una de carácter eminentemente práctico y de consulta.

El volumen IV se abre con un capítulo destinado a la física, seguido de un segundo, destinado a la química. Ambos son el inicio de este último volumen, de carácter eminentemente científico, y cada una de estas dos disciplinas se aborda, globalmente, tanto desde sus diferentes áreas de estudio y especialidades como desde la aparatología, magnitudes y elementos necesarios para su análisis y práctica en el laboratorio. Tanto estos capítulos como los siguientes, centrados en varias ingenierías y en la arquitectura, son muy técnicos, lo que implica un lenguaje muy específico, unívoco y monosémico. A estos dos capítulos iniciales les sigue el de la ingeniería aeronáutica, donde la precisión, la objetividad y la economía del lenguaje para hablar no solo de aviones, sino también de maniobras, herramientas, lugares y normativas, significan seguridad, por lo que es fundamental dominar dicho lenguaje con exactitud. El cuarto capítulo, el de la ingeniería agrónoma, está dedicado a la ciencia especializada en la preparación, trabajo, tratamiento y conservación de la tierra para aprovechar, de la mejor manera posible, nuestros recursos naturales. El siguiente, el de la ingeniería civil, se centra en los estudios y en la planificación para la construcción, en general, y las obras públicas y planificaciones urbanísticas, en particular. El capítulo seis tiene como objeto de estudio la ingeniería informática y, en concreto, el léxico necesario, repleto de anglicismos, para hablar, a grandes rasgos, de programas, aplicaciones, procesos, lenguajes y metodologías de trabajo relacionadas con el desarrollo de esta ciencia. Y cierra este cuarto y último volumen el capítulo de la arquitectura, la rama del conocimiento especializada en la construcción en la que se aúnan ciencia, arte y, actualmente, tecnología, y que ha ido caracterizando la forma de vida de las diferentes sociedades a lo largo de la historia, por lo que hay que considerarla tanto desde la perspectiva evolutiva como desde los conocimientos específicos para una materialización segura, estética y, cada vez más, eficiente y respetuosa con el medio ambiente.