El sector agroalimentario se está convirtiendo en una pieza clave de la economía de cualquier país desarrollado. Asegurar el aprovisionamiento de productos agrícolas de calidad desde las zonas productoras hasta el consumidor final es labor de una serie de empresas que conforman la denominada cadena de suministro. El conocimiento de todas las etapas que componen este proceso es fundamental para poder diseñar planes de acción que optimicen los flujos comerciales, es decir, la coordinación de la oferta y la demanda.
Este trabajo pretende examinar cómo la estructura del sector importador y la distribución minorista de productos hortofrutícolas en Europa determinan las posibilidades de actuación logística de las empresas proveedoras. El estudio toma como referencia el sector comercializador de la provincia de Almería y los productos perecederos que se comercializan desde esta zona.
Por otra parte, se intentará demostrar si existe dificultad en el establecimiento de una relación de beneficio mutuo entre los exportadores del sureste español y la gran distribución española, alemana, francesa y de los países del este de Europa, siempre buscando el desarrollo óptimo de la cadena de suministro. Paralelamente, se analizarán los obstáculos que se pueden encontrar en los procesos logísticos implicados en la manipulación y transporte de productos altamente perecederos.