El río de mi padre
Hace poco estuve en el río, ancho y furioso
leyendo y tomando cerveza
en la otra orilla, un viejo con su caña de bambú
esperaba atrapar algún pez
y pensé en mi padre y en mí pescando juntos
si hubiéramos tenido tiempo, si esa ráfaga de muerte
no hubiese existido
luego, cuando volví caminando, me pareció verlo
apuré el paso, pero algo sucedió
lo vi correr y desaparecer en una esquina
ahora escribo sobre mi padre y sobre mí
y lo que pienso sobre ambos, lo que hubiéramos hecho
esas cosas entre padre e hijo
por la noche, reabrí el libro para continuar con la lectura
que había postergado aquella tarde en el río
el siguiente relato era un cuento breve
de un tipo que pescaba en una orilla y su hijo en la otra.
del Prólogo por Sergio Rigazio:
Salvo que seas poeta, las palabras no significan nada, dice Margot -y ahí nomás ya todo es bruma en las calles de la Tristeza y en los boulevares de la noche sin tiempo vagan Cristos, prostitutas que leyeron a Bakunin, pianistas de cabarets de puertos y astro-nautas que saben que nunca habrá poetas en la Luna.(continúa)