La memoria de Gatica quema recuerdos en cada verso de este poemario capaz de conmover al ojo más frío que acierte leerlo. Los habitantes de este libro viven y mueren con sus nombres puestos, nada del recuerdo es olvido, por eso un poema nombra a Pedro Berón, el pocero, y éste vive para la inmortalidad
Atahualpa Yupanqui, en una carta amable desde París, le dice “Don Rioja”, podría decirse también que el poeta Gatica, por esta semblanza honda y perdurable, podría llamarse con ventaja “Don Llanos” y tan sólo por ese poema a la muerte de Pedro Berón o aquellos versos de “Larga sequía” (“Hoy no tendrá que abrir la boca al pozo balde/para que venga el día desde abajo”), ya podría decirse que este cronista de epopeyas humanas es uno de los más grandes poetas de este continente.