El libro es pionero en la consideración del problema de las adicciones con un sector marginado en el campo social; los viejos.

La perspectiva del libro es proponer una investigación futura con las líneas de estudio propias de una clínica social desde una perspectiva de sociología clínica. 

Pensar la vejez implica la consideración de una multiplicidad de variantes que apenas comenzamos a reconocer. Sirven de antecedente muchos estudios de corte científico como es la geriatría o el estudio médico de la ancianidad, sin embargo, estamos lejos de ser únicamente cuerpos decrépitos por el correr del tiempo. Para llegar a envejecer tienen que ocurrir una serie de acontecimientos de orden social, político, económico, ideológico y fundamentalmente, psicológico que no se pueden dejar de considerar para entender el problema.

La condición social de la vejez implica también un modo de relación supeditada a los conflictos sociales estructurales. Las expectativas de vida, los roles atribuidos a la etapa productiva, los periodos de jubilación, la imagen social de la vejez, la representación social y el juicio colectivo de la vejez es además un producto que depende de los modelos de relación que una sociedad se impone.

Este libro hace una revisión sobre estos puntos con la intensión de ampliar las consideraciones sobre la idea de la muerte social en que se coloca a los viejos.