Susana Rivara de Milderman nació el 26 de agosto de 1915, en Serodino, provincia de Santa Fe, Argentina (falleció en Mar del Plata, provincia de Buenos Aires, Argentina, el 3 de diciembre de 1994) fue una investigadora de origen italiano pionera en el trabajo corporal, que trabajó como reeducadora psicofísica desde el año 1950, siendo la creadora de un sistema de gimnasia rítmica expresiva con base de Yoga y Plástica Griega, que cuenta con numerosos discípulos en Argentina, y otros países del mundo.
A través de su personal elaboración logra plasmar a partir de su experimentación y la de numerosos discípulos, una gimnasia rítmica expresiva que lleva a una superación de las propias limitaciones y un real dominio de las posibilidades de uno mismo, sin sujeción a ningún esquema pasado predeterminado o internalizado como característico y determinante. Cada individuo logra a través de la práctica de esta gimnasia su liberación, sin ataduras a antiguas cadenas alcanzadas por la cultura y la herencia, la vinculación social, los traumas y marcas obtenidas en el pasado, el estrés y/o cualquier otra limitación adquirida.
Siendo autodidacta debido a carecer de una cultura tradicional, investigadora nata, con gran inteligencia e intuición reelabora y adapta conceptos tomados de muy diversas fuentes, para reutilizarlos y resignificarlos en pos de definir y pautar su elaboración expresiva sobre el cuerpo humano, aunque también debería ser valorada su reformulación de conceptos religiosos, filosóficos, teosóficos y espirituales, en aras de una proclamada evolución humana, superando viejos antagonismos y elevándose sobre los dogmatismos de cada parcialidad.
Partiendo de la experimentación corporal, todo lo refiere a esa instancia objetivable, no vinculándola más que en lo necesario con cuestiones sociales, políticas y religiosas, si bien muchos contenidos están preñados de significados en esos ámbitos; incluyendo que muchas veces resignifica conceptos en aras de lograr sus objetivos de “aproximar los opuestos” (hombre y divinidad; oriente y occidente; yoga y plástica griega; ciencia y ocultismo; lo absoluto y lo relativo; etc.), y “evolucionar”, lo cual otorga a su labor el rótulo innegable de “humanista”, puesto que todo resulta referido a la especie humana en primer término, en un esfuerzo por revincularla a la naturaleza y al cosmos.
Este nuevo libro se diferencia del resto porque refleja como ningún otro la vida y obra de esta fisioterapeuta, incluyendo el entorno que la secundaba, buceando en algunas pautas desconocidas de su personalidad y su enseñanza, tratando de desentrañar los métodos y objetivos que impulsaron su sistema, y de objetivizar a través de entrevistas de instructores y allegados con visiones muchas veces enfrentadas; libros publicados; notas, cartas, minutas, transcripciones de clases de instructorado y charlas públicas inéditas; bibliotecas y archivos, etc., una imagen humanizada de esta intuitiva investigadora autodidacta en lo corporal, al margen de las idealizaciones de que fue objeto.