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1909: Primera parte. La entrevista Díaz - Taft
註釋

El suceso cinematográfico más importante de 1909 fue la filmación que llevaron a cabo los hermanos Alva —asociados con la casa Pathé de la Ciudad de México— de la película La entrevista Díaz-Taft. La cinta constaba de 40 cuadros, 31 de los cuales mostraban las manifestaciones populares que se organizaron al paso del tren presidencial que partió de la estación de Buenavista de la capital de la república con destino a las riberas del río Bravo con el propósito de que el general Porfirio Díaz se reuniera con el presidente William. H. Taft de Estados Unidos. Los últimos 9 cuadros del filme daban cuenta de la celebración de dos encuentros entre los presidentes Díaz y Taft. El primero, en la Cámara de Comercio de El Paso, Texas (el 15 de octubre) y el segundo, en el edificio de la Aduana Fronteriza de Ciudad Juárez, Chihuahua (el 16 de octubre).

En efecto, a finales de noviembre de 1908 Pathé Frères se asoció con Enrique Rosas y los hermanos Alva en la Compañía Explotadora Cinematográfica que en 1909, además de producir películas, compraba, vendía y alquilaba aparatos y vistas cinematográficas, las que exhibía en diversos salones de cine que regenteaba tanto en la capital del país como en la provincia. Esta fue, sin duda, la casa productora de películas más relevante de México en 1909, seguida en importancia decreciente por la empresa del Salón Nuevo, de José Pesquera Tuñón; por la Secretaría de Instrucción Pública; y por tres entidades productoras de provincia: la del Salón Pathé, de la capital de San Luis Potosí; la de Juan C. Aguilar, de Orizaba, Veracruz; y la del Salón Verde, de Pachuca, Hidalgo. 

En el ámbito de la distribución de películas se distinguían en 1909, también en importancia decreciente, la Compañía Explotadora Cinematográfica, la Unión Cinematográfica, S.A., la Empresa del Salón Nuevo, la Compañía Mecánico-Cinematográfica, S. en C., The Laemmle Film Service, y los hermanos Stahl. Por último, cabe señalar que en el campo de la exhibición los hermanos Alva habían comenzado a integrar un circuito cinematográfico que contaba con un puñado de locales en la Ciudad de México y algunos más en la provincia. Esta concentración empresarial era todavía incipiente y la mayoría de los salones de cinematógrafo eran independientes de dicho circuito.